Con 30 millones de financiación récord, esta biotech barcelonesa desarrolla las primeras terapias del mundo dirigidas específicamente contra las células que causan el 90% de muertes por cáncer
Cuando el 90% de las muertes por cáncer se deben a la metástasis y no existe ni una sola terapia en el mercado que elimine específicamente estas células asesinas, surge una pregunta incómoda: ¿por qué la industria farmacéutica ha ignorado durante décadas el verdadero enemigo? Ona Therapeutics nació en 2019 con una misión tan ambiciosa como necesaria: convertirse en la primera empresa del mundo en desarrollar tratamientos que ataquen directamente las células iniciadoras de metástasis.
Lo que me fascina de esta startup barcelonesa es su capacidad para transformar una observación científica revolucionaria en una oportunidad de negocio que podría cambiar el paradigma oncológico mundial.
La Gran Idea: Atacar al Verdadero Enemigo
La mayoría de las terapias oncológicas actuales son como intentar apagar un incendio forestal atacando solo las llamas más visibles. Ona Therapeutics ha decidido ir directo a los pirómanos: las células iniciadoras de metástasis que se esconden en el tumor primario, esperando el momento perfecto para colonizar otros órganos.
Su enfoque revolucionario se centra en el metabolismo de las grasas saturadas, una ruta metabólica crítica que estas células utilizan para mantenerse «dormidas» hasta que deciden activarse y formar metástasis. Es como si hubieran descubierto el interruptor de encendido de la máquina más letal del cáncer.
Lo ingenioso de su estrategia es que desarrollan conjugados anticuerpo-fármaco (ADC) que funcionan como misiles guiados: el anticuerpo busca específicamente estas células metastásicas y el fármaco las elimina sin dañar el tejido sano. En los modelos preclínicos, esta aproximación ha demostrado eficacia contra tumores de mama, ovario, gástrico y próstata, entre otros.
El Trío de Cerebros Detrás de la Revolución
Detrás de Ona Therapeutics hay una combinación perfecta de genialidad científica y experiencia empresarial. Salvador Aznar-Benitah, investigador de ICREA en el IRB Barcelona, es el visionario científico cuyo artículo en Nature de 2017 reveló por primera vez cómo las células metastásicas utilizan las grasas saturadas para su supervivencia. Básicamente, descubrió el talón de Aquiles del cáncer más agresivo.
La CEO y cofundadora Valerie Vanhooren aporta la experiencia ejecutiva internacional necesaria para navegar el complejo mundo de la biotecnología global, mientras que Haijun Sun, como CSO, lidera la identificación de nuevas dianas terapéuticas que nadie más está explorando.
Esta combinación de descubrimiento científico breakthrough + experiencia empresarial probada + capacidad de innovación continua es precisamente lo que necesitas para revolucionar un sector tan conservador como el farmacéutico.
Modelo de Negocio: La Estrategia del Laboratorio Global
Aquí es donde Ona Therapeutics demuestra una inteligencia empresarial admirable. En lugar de intentar competir directamente con las Big Pharma desarrollando y comercializando sus propios medicamentos, han diseñado un modelo de «laboratorio de innovación» que genera valor para todos los actores del ecosistema.
Su estrategia es desarrollar candidatos terapéuticos hasta fases clínicas tempranas, validar su eficacia y seguridad, y luego licenciar o vender estas innovaciones a grandes farmacéuticas que tienen la infraestructura y capital para llevarlas al mercado global. Es como ser el chef estrella que crea recetas revolucionarias y luego las vende a las grandes cadenas de restaurantes para que las sirvan mundialmente.
Esta aproximación les permite maximizar el impacto científico sin asumir los riesgos financieros masivos de los ensayos clínicos Fase III y la comercialización global. Además, pueden mantener múltiples programas en paralelo, diversificando el riesgo mientras construyen una cartera de activos valiosos.
Ventaja Competitiva: El Monopolio de la Especialización
Mientras competidores españoles como Oryzon Genomics diversifican entre oncología epigenética y enfermedades neurológicas, y PharmaMar explora compuestos marinos para diversos tipos de cáncer, Ona Therapeutics ha elegido la especialización radical.
Su ventaja competitiva es cristalina: son los únicos en el mundo enfocados exclusivamente en los mecanismos moleculares de la metástasis. Mientras otros intentan ser generalistas, ellos se han convertido en los especialistas mundiales de un problema que mata a 9 de cada 10 pacientes oncológicos.
Además, su enfoque de medicina de precisión utilizando muestras reales de pacientes para descubrir dianas terapéuticas completamente inéditas los posiciona como pioneros en un territorio científico inexplorado. Es como tener un mapa del tesoro que nadie más conoce.
El Crecimiento que Rompió Récords
En 2020, Ona Therapeutics logró algo histórico en el ecosistema biotecnológico español: cerró una ronda Serie A de 30 millones de euros, la mayor ronda inicial jamás conseguida por una biotech española. Los inversores incluyen nombres pesados como Sabadell Asabys, Alta Life Sciences, Ysios Capital, el belga FundPlus y el francés BPI France.
Que inversores internacionales apuesten tan fuerte por una startup española en un sector dominado por Silicon Valley y Boston habla del potencial disruptivo que ven en su tecnología. Es la validación de que España puede competir en la liga mayor de la innovación biotecnológica mundial.
Su candidato estrella, ONA-255, se prepara para ensayos clínicos en tumores sólidos avanzados durante 2025, un hito que podría posicionarlos como líderes mundiales en el tratamiento de la metástasis.
El Futuro: ¿La Startup que Podría Cambiar la Oncología?
Lo que más me intriga de Ona Therapeutics es su potencial para redefinir completamente cómo enfrentamos el cáncer. Si sus terapias demuestran eficacia en humanos, podrían transformar el cáncer metastásico de una sentencia de muerte en una enfermedad tratable.
Su ubicación en el Parc Científic de Barcelona, epicentro de la innovación biotecnológica europea, junto con su red de colaboraciones internacionales, los posiciona perfectamente para escalar globalmente. En un mundo donde la metástasis sigue siendo el último gran desafío sin resolver de la oncología, Ona Therapeutics podría estar escribiendo el capítulo más esperanzador de la medicina del siglo XXI.
Mi intuición es que estamos ante una de esas startups que, silenciosamente, están construyendo el futuro de la medicina. Y eso, en un país que tradicionalmente ha mirado la innovación biotecnológica desde la barrera, es motivo de orgullo y esperanza.