📈 El modelo que separa a los fundadores exitosos de los que justifican su mediocridad
La realidad incómoda que pocos admiten sobre la Curva S
Te voy a contar algo que aprendí a las malas después de años asesorando startups: la mayoría de los fundadores usan la Curva S como una excusa barata para justificar su mediocridad. «Es que estamos en la fase lenta», dicen mientras ven cómo se les acaba el dinero. «Es normal que el crecimiento se haya estabilizado», susurran cuando la competencia les está comiendo el terreno. Desde mi perspectiva, este modelo puede ser tanto tu mejor aliado como tu peor enemigo, dependiendo de cómo lo interpretes.
La Curva S, esa forma sigmoide que parece una serpiente perezosa en un gráfico, describe el patrón de crecimiento de prácticamente todo en el ecosistema tecnológico: productos, empresas, mercados enteros. Comienza con un crecimiento lento y doloroso, acelera como un cohete en la fase media, y luego se aplana cuando alcanza la madurez. Lo que encuentro particularmente revelador es que no es solo un modelo descriptivo – es predictivo. Y ahí radica tanto su poder como su peligro.
Por qué la mayoría malinterpreta la curva
He visto a demasiados founders usar esta curva como si fuera una profecía autocumplida. «Ah, estamos en la fase inicial, por eso no tenemos tracción» – error garrafal. Lo que realmente indica la curva es que debes prepararte para cada fase, no resignarte a ella. En la fase lenta, no estás condenado a la pasividad; es cuando debes iterar obsesivamente, validar tu producto y construir los cimientos para el despegue.
Mi análisis sugiere que las startups exitosas en 2025 entienden que cada fase tiene sus propias reglas del juego. En la fase de crecimiento lento inicial, es cuando debes ser más experimental, no más conservador. Tesla no se sentó a esperar durante su fase inicial con el Roadster – utilizó esos años para perfeccionar la tecnología de baterías que después impulsaría su explosión con el Model S.
Las tres fases y sus trampas ocultas
Fase 1 – El valle traicionero: Aquí es donde mueren el 90% de las startups, pero no por las razones que piensas. No es solo por falta de dinero; es por falta de disciplina estratégica. He asesorado a equipos que quemaban capital como si estuvieran en la fase de crecimiento exponencial cuando apenas estaban validando su mercado. La curva te dice que seas paciente con los resultados, pero implacable con la experimentación.
Fase 2 – La explosión seductora: Esta es donde muchos se vuelven arrogantes. El crecimiento se acelera, los medios hablan de ti, los inversores llaman. Pero lo que pocos ven es que esta fase es la más frágil. Netflix entendió esto perfectamente cuando pivotó del DVD al streaming – no esperaron a que su curva se aplanara para innovar.
Fase 3 – La meseta mortal: Aquí es donde se separa el trigo de la paja. Las empresas mediocres se conforman, las excepcionales buscan la siguiente curva S. Desde mi experiencia en Silicon Valley, he observado que las empresas que sobreviven a largo plazo son aquellas que empiezan a construir su próxima curva cuando están en el 70% de la actual, no cuando ya se aplanó.
El error millonario que cometen los inversores
Aquí viene mi perspectiva más controvertida: los VCs también malinterpretan esta curva. Muchos invierten pensando que pueden predecir exactamente dónde está una startup en su curva, pero la realidad es más compleja. He visto fondos rechazar startups en fase inicial pensando que «no tienen tracción suficiente» y luego perseguirlas desesperadamente cuando entran en fase de aceleración, pagando valuaciones astronómicas.
Lo que encuentro particularmente frustrante es cómo algunos inversores usan la curva como si fuera una receta de cocina. «Invirtamos cuando esté en el punto de inflexión», dicen. Pero ese punto solo es visible en retrospectiva. La verdadera habilidad está en identificar startups que entienden profundamente en qué fase están y cómo navegar hacia la siguiente.
Mi perspectiva sobre el futuro de las Curvas S
En 2025, las curvas S se están comprimiendo. Lo que antes tardaba décadas en completarse ahora sucede en años, a veces meses. La inteligencia artificial está acelerando todos los ciclos, desde el desarrollo de productos hasta la adopción de mercado. Esto significa que las startups necesitan ser aún más ágiles en identificar cuándo saltar a la siguiente curva.
Mi opinión personal es radical: en los próximos dos años, las startups que sobrevivan serán aquellas que construyan «curvas S paralelas» – múltiples líneas de negocio en diferentes fases de la curva simultáneamente. Esperar a que una curva se complete antes de empezar la siguiente será un lujo que pocos podrán permitirse.
La Curva S no es una excusa para la mediocridad; es un mapa para la excelencia. Úsala para anticipar, no para justificar. Para innovar, no para conformarte. Y recuerda: en el mundo de las startups, la única curva que realmente importa es la que estás construyendo ahora mismo.