Imagen: © Startups Españolas

La estrategia de Reid Hoffman seduce a fundadores, pero esconde riesgos que pocos admiten 🚀⚠️

Cuando el crecimiento se convierte en obsesión

Déjame ser directo: el blitzscaling es una de esas ideas que suenan brillantes hasta que las ves fracasar estrepitosamente. Es como ver a alguien conducir a 200 por hora por una autopista llena de curvas – emocionante, pero con una probabilidad altísima de acabar estrellado contra el guardarraíl.

Reid Hoffman, cofundador de 💼 LinkedIn, nos vendió esta filosofía como la panacea del crecimiento startup: priorizar la velocidad sobre la eficiencia, quemar dinero como si fuera papel y rezar para que el mercado te dé la razón antes de que te quedes sin combustible. Y lo cierto es que, cuando funciona, los resultados son espectaculares.

Blitzscaling: Por qué la obsesión por el crecimiento extremo puede destruir tu startup – Carousel Image
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La teoría detrás de la locura

Desde mi perspectiva, el blitzscaling responde a una realidad brutal del mundo digital: en muchos sectores, especialmente aquellos con efectos de red fuertes, el ganador se lleva todo. No hay medallas de plata en el ecosistema de plataformas.

La lógica es implacable: si puedes capturar una masa crítica de usuarios antes que tus competidores, creates barreras de entrada que se vuelven prácticamente infranqueables. Airbnb no es mejor que sus competidores simplemente por su tecnología – es mejor porque tiene más anfitriones, más huéspedes, más reseñas, más confianza. Es un círculo virtuoso que se alimenta a sí mismo.

El framework de las cinco etapas (familia, tribu, aldea, ciudad, nación) me parece útil como mapa conceptual, pero en la realidad las transiciones son mucho más caóticas. Lo que encuentro particularmente relevante es que cada etapa requiere un conjunto de habilidades de liderazgo completamente diferente – algo que muchos fundadores subestiman.

Los casos que todos conocemos (y los que prefieren olvidar)

Hablemos de Uber. Durante años fue el ejemplo perfecto de blitzscaling exitoso: expansión global agresiva, millones en pérdidas operativas, regulaciones ignoradas y una narrativa de crecimiento que hipnotizó a los inversores. Funcionó… hasta cierto punto.

Lo que me resulta fascinante es cómo Uber ilustra tanto las fortalezas como las debilidades del blitzscaling. Lograron una posición dominante en múltiples mercados, pero también acumularon una deuda técnica, cultural y regulatoria masiva que aún están pagando en 2025.

LinkedIn es un caso más «limpio», pero también más aburrido desde la perspectiva del blitzscaling. Su crecimiento fue impresionante, pero dentro de un sector con dinámicas más predecibles que el transporte urbano.

Los riesgos que nadie menciona en las conferencias

Mi análisis sugiere que el blitzscaling tiene un sesgo de supervivencia brutal. Por cada Airbnb exitoso, hay docenas de startups que se estrellaron intentando la misma estrategia. El problema es que solo escuchamos las historias de éxito.

Desde mi experiencia observando el ecosistema, veo tres riesgos sistemáticos que se minimizan consistentemente:

Primero, la trampa de la métrica vanidosa. Es fácil confundir crecimiento con progreso. He visto demasiadas startups celebrando usuarios que nunca se monetizan o mercados que nunca generan valor real.

Segundo, la cultura tóxica. El blitzscaling tiende a crear organizaciones donde «moverse rápido y romper cosas» se convierte en excusa para decisiones irresponsables. La presión por crecer puede corromper los valores fundacionales de una empresa de formas irreversibles.

Tercero, la dependencia del capital. Esta estrategia funciona mientras hay dinero barato disponible. Cuando los mercados se tensan, las empresas que han optimizado para crecimiento sobre eficiencia se encuentran en una posición extremadamente vulnerable.

Mi veredicto: útil, pero no universal

Lo que encuentro particularmente preocupante es cómo el blitzscaling se ha convertido en dogma para muchos fundadores jóvenes. No toda startup debería aspirar a ser Uber. No todo mercado tiene efectos de red. No toda ventana de oportunidad justifica quemar millones.

En mi opinión, el blitzscaling es una herramienta específica para contextos específicos. Funciona cuando tienes un mercado verdaderamente escalable, cuando los efectos de red son reales (no imaginados), cuando el timing del mercado es crítico, y cuando tienes acceso al capital necesario para sostener la estrategia hasta alcanzar la masa crítica.

Para la mayoría de startups en 2025, especialmente en un entorno de capital más restrictivo, creo que una aproximación más balanceada entre crecimiento y eficiencia será más sostenible a largo plazo. El blitzscaling seguirá siendo relevante, pero como excepción, no como regla.

La pregunta que deberías hacerte no es «¿cómo puedo hacer blitzscaling?» sino «¿mi startup realmente necesita blitzscaling, o estoy romantizando el crecimiento exponencial porque suena emocionante?» La respuesta honesta a esa pregunta determinará si esta estrategia es tu salvación o tu perdición.