Eva María Laín ha creado un proceso que extrae metales directamente en mina solo con electricidad, ganando el South Summit 2024
Imagínate por un momento que pudieras extraer metales preciosos directamente de una mina usando solo electricidad, sin necesidad de enviar toneladas de mineral al otro lado del mundo para ser procesado en fundiciones contaminantes. Suena a ciencia ficción, ¿verdad? Pues no lo es. Lain Tech está haciendo exactamente eso desde 2019, y acaba de ganar el South Summit Madrid 2024, confirmando que su tecnología podría cambiar para siempre la forma en que pensamos sobre la minería.
La revolución silenciosa de la minería sostenible
Lo que me fascina de esta startup madrileña es cómo ha conseguido dar la vuelta a uno de los sectores más contaminantes del planeta. Tradicionalmente, extraer metales como cobre, zinc, cobalto o níquel implica un proceso devastador: extraes el mineral, lo transportas miles de kilómetros (normalmente a Asia), lo procesas en fundiciones que escupen CO₂ como si no hubiera mañana, y rezas para que los números te salgan.
Eva María Laín, la fundadora y CEO, vio este absurdo y decidió que tenía que haber una forma mejor. Su proceso patentado E-LIX es pura elegancia científica: utilizando únicamente energía eléctrica (preferiblemente renovable), consiguen extraer metales puros directamente en el yacimiento. El resultado es tan impresionante que cuesta creerlo: reducen las emisiones de CO₂ hasta un 94% comparado con los métodos tradicionales.
Pero aquí viene la parte que realmente me deja boquiabierto: no solo hacen la minería más limpia, sino que rehabilitan yacimientos que antes se consideraban inviables. Es como si hubieran encontrado la forma de resucitar minas zombi y convertirlas en activos productivos. Multiplicar por siete la vida útil de una mina no es moco de pavo.
Una mente brillante detrás de la innovación
Eva María Laín no es precisamente una improvisada en esto de la ciencia. Doctora en Biotecnología especializada en Electroquímica por la Universidad de Cambridge, ha dedicado años a entender cómo hacer que los procesos electroquímicos trabajen a favor de la sostenibilidad en lugar de en su contra.
Lo que me parece especialmente inteligente de su enfoque es que no intentó revolucionar toda la industria minera de golpe. Se centró en un problema muy específico —la ineficiencia y contaminación del procesado de metales— y desarrolló una solución tecnológica que ataca directamente el núcleo del problema.
Su experiencia en Cambridge fue crucial para desarrollar la base científica del proceso E-LIX, pero lo que realmente la distingue como emprendedora es su capacidad para trasladar investigación de laboratorio a aplicaciones industriales reales. No es fácil hacer ese salto, y menos aún en un sector tan conservador como la minería.
Un modelo de negocio que hace sentido
Lain Tech ha diseñado una estrategia de monetización que me parece especialmente astuta. En lugar de intentar competir directamente con las grandes mineras establecidas, se posicionan como proveedores de tecnología y socios estratégicos.
Su enfoque es doble: por un lado, licencian su tecnología E-LIX para que otras empresas puedan implementarla en sus operaciones. Por otro, desarrollan plantas modulares que pueden instalarse directamente en los yacimientos, ofreciendo una solución plug-and-play que minimiza la curva de aprendizaje para sus clientes.
Lo ingenioso de este modelo es que convierte lo que tradicionalmente era un coste (el procesado de mineral) en una ventaja competitiva. Los operadores mineros no solo reducen sus costes operativos, sino que pueden extender la vida útil de sus activos y mejorar su perfil medioambiental. Es un win-win que hace que la venta sea mucho más fácil.
Posicionamiento estratégico en un mercado conservador
La minería no es precisamente conocida por ser un sector que adopte rápidamente las nuevas tecnologías. Las grandes corporaciones mineras internacionales han estado haciendo las cosas de la misma manera durante décadas, y cambiar procesos industriales establecidos requiere una propuesta de valor realmente convincente.
Aquí es donde Lain Tech juega sus cartas de manera inteligente. Su ventaja competitiva no es solo tecnológica, sino también estratégica:
Diferenciación técnica
Su proceso E-LIX es único y está patentado, lo que les da una barrera de entrada sólida contra competidores. No es fácil replicar años de investigación en electroquímica aplicada.
Flexibilidad operativa
Sus plantas modulares pueden funcionar solo con electricidad renovable, lo que las convierte en perfectas para un mundo cada vez más consciente de la sostenibilidad.
Propuesta de valor integral
No solo ofrecen una tecnología más limpia, sino que también permiten rehabilitar yacimientos antes inutilizables y extender la vida útil de minas existentes.
Una trayectoria de crecimiento impresionante
Los números y reconocimientos de Lain Tech hablan por sí solos. Ganar el South Summit Madrid 2024 no es cualquier cosa —es uno de los premios más prestigiosos del ecosistema de startups español. Pero no se quedaron ahí: también se llevaron el galardón vertical Industry 5.0 en el mismo evento, demostrando que su tecnología encaja perfectamente con las tendencias de industrialización sostenible.
El reconocimiento como startup más innovadora de la Comunidad de Madrid en los Premios EmprendeXXI de CaixaBank añade otra capa de credibilidad a su propuesta. Estos premios no se dan a la ligera —evalúan tanto el potencial tecnológico como la viabilidad comercial.
Pero lo que realmente me emociona es su progreso hacia la implementación industrial real. Están desarrollando su primera planta a escala industrial junto a socios estratégicos en Atalaya Riotinto, lo que significa que han superado la fase de validación tecnológica y están entrando en territorio de escalabilidad comercial.
El futuro de la minería se escribe en Madrid
Lo que me resulta más fascinante de Lain Tech es cómo representa un cambio de paradigma completo. No están intentando hacer la minería tradicional un poco mejor —están redefiniendo qué significa extraer metales de la tierra de manera responsable.
En un contexto donde la transición energética demanda cantidades masivas de metales como el cobalto para baterías o el cobre para infraestructuras renovables, tener una tecnología que puede extraer estos materiales de forma sostenible no es solo una ventaja competitiva, es una necesidad estratégica.
Mi intuición me dice que estamos viendo solo el comienzo de lo que podría ser una transformación sectorial masiva. Si Lain Tech consigue demostrar la viabilidad de su tecnología a escala industrial en Atalaya Riotinto, no me sorprendería que en los próximos años veamos un despliegue internacional agresivo de su tecnología.
Al final del día, Lain Tech no solo está resolviendo un problema técnico —está redefiniendo cómo una industria centenaria puede adaptarse a las exigencias del siglo XXI. Y eso, desde mi perspectiva, es exactamente el tipo de innovación que necesitamos ver más a menudo.