La revista Forbes ha incluido al veinteañero ovetense Luis Iván Cuende entre los 30 jóvenes menores de 30 años más brillantes de Europa en el ámbito tecnológico.
Según asturias24.es, Cuende, nacido en Oviedo en 1995 fue elegido hace unos años el mejor hacker europeo menor de 18 años. A los 12 años profundizó en la creación de un sistema operativo libre, partiendo de Linux. Lo llamó Asturix. El ovetense, cuyo único título oficial es el de la ESO, ha relatado su formación autodidacta en un libro, Tengo 18 años y ni estudio ni trabajo. Y ha recordado en varias ocaciones que en el Instituto en el que estudió tuvo que sufrir cómo su profesor de Tecnología, cercano a la jubilación, no tenía conocimientos de ordenadores. Ha puesto en marcha desde entonces varias empresas. Algunas se han saldado con un sonoro fracaso como Holalabs, pero ha seguido insistiendo con proyectos como Cardwee, de tarjetas de fidelización y Meetpays, de moneda virtual. Fue nombrado asesor joven de la Vicepresidenta de la Comisión Europea. Tuvo una oferta para trabajar en Whatsapp que descartó.
Adiós a las notarías – stampery
Forbes ha tenido en cuenta especialmente su último proyecto, Stampery, una startup creada junto a su socio Daniele Levi, un joven milanés. Se trata de aprovechar la tecnología para acabar con la notaría tradicional. Stampery se beneficia del sistema bitcoin pero no para el pago sino para verificar la autenticidad de un documento. “Se puede verificar desde ofertas de trabajo, a correos o fotografías”, aseguraba hace unos meses a El País. El proyecto no ha pasado desapercibido al The New York Times, que publicó un reportaje sobre su iniciativa empresarial.
El objetivo de Stampery es que las notarías desaparezcan en un futuro. Es gratis para el usuario particular pero las empresas deben pagar por sus servicios: 9,90 euros al mes por verificar hasta 1.000 documentos. Otro uso posible: dar veracidad a los contratos realizados por vía telefónica. En caso de cancelación unilateral del cliente, Stampery puede verificar la transacción y despejar las dudas. Los datos de los documentos pasar a las redes de ordenadores y se aseguran que no pueden ser modificados. Cada fichero puede ser comprobado por terceras personas.