De pequeño laboratorio de posguerra a referente en farmacia, nutrición infantil y dermocosmética
¿Alguna vez te has parado a pensar cuántas empresas farmacéuticas con pedigrí español siguen manteniendo su esencia después de casi un siglo? Entre las pocas que pueden presumir de ello se encuentra Laboratorios Alter, una compañía que lleva desde 1938 cuidando de la salud de los españoles. Y no, no es una multinacional cualquiera: es una historia madrileña de superación, innovación y adaptación que merece ser contada.
🌟 De los años de posguerra a referente farmacéutico nacional
Si hay algo admirable en la historia de Laboratorios Alter (alter.es) es cómo nació en uno de los momentos más complicados de nuestra historia. Fundada por Juan José Alonso Grijalba en plena Guerra Civil, la empresa dio sus primeros pasos formales en 1939 en Logroño, para después trasladarse a Madrid, donde encontró su hogar definitivo.
Imagínate montar una empresa farmacéutica cuando el país entero estaba en reconstrucción. ¿Locura o visión? Probablemente ambas. Lo que empezó en un pequeño espacio en Chamartín de la Rosa (entonces en las afueras de Madrid) se ha convertido hoy en un grupo empresarial que da empleo a más de 500 personas y tiene presencia internacional.
La fecha clave en esta historia es el 10 de octubre de 1941, cuando se inauguraron oficialmente las instalaciones en la calle Mateo Inurria, donde aún hoy mantienen su sede central. Un edificio que ha sido testigo de décadas de evolución farmacéutica española.
⚡ La diversificación como estrategia de éxito
Lo verdaderamente interesante de Laboratorios Alter es que supo ver más allá del medicamento tradicional. Mientras muchas empresas similares se limitaban a un catálogo concreto, Alter decidió aprovechar su conocimiento para expandirse a nichos complementarios.
De pastillas a potitos: el nacimiento de Nutribén
¿Quién no conoce Nutribén? Esta marca, que nació en 1963 bajo el paraguas de Alter, revolucionó la alimentación infantil en España. Primero fueron los potitos, luego vinieron las papillas en 1968, y hoy es una referencia en nutrición infantil con presencia en 24 países. Lo curioso es que, a diferencia de otras marcas similares, Nutribén apostó exclusivamente por el canal farmacéutico, una decisión que le ha otorgado ese halo de «producto de confianza» que tanto valoran los padres y madres.
La estrategia fue clara: si sabemos de salud, ¿por qué no aplicarlo a la alimentación más delicada, la de los bebés? Y funcionó. Hoy, con más de 50 años de experiencia, Nutribén sigue siendo una de las joyas de la corona de Laboratorios Alter.
Del cuidado interno al externo: Germinal y la dermocosmética
En 1977, dando un giro interesante, Alter lanzó Germinal, adentrándose en el mundo de la cosmética de alta gama para farmacias. No era un movimiento obvio en aquella época, pero demostraba una visión clara: el concepto de salud integral incluye también el cuidado de la piel.
Los serums, ampollas flash y cremas antiedad de Germinal han logrado hacerse un hueco en un mercado tremendamente competitivo, posicionándose como una alternativa farmacéutica a las grandes marcas de cosmética. Otra muestra más de cómo Alter ha sabido diversificar sin perder su ADN sanitario.
🚀 Un vistazo a la Alter actual: más allá de las medicinas
Hoy, Grupo Alter opera en cuatro áreas de negocio bien diferenciadas: farmacia, química, alimentación infantil y hasta vitivinícola (con Bodegas Alavesas, creada en 1972). Una diversificación que les ha permitido resistir mejor los vaivenes económicos y sanitarios.
Con plantas de producción en Madrid y Meco, además de delegaciones comerciales internacionales, Alter ha conseguido extender su influencia a países como Francia, Italia, Portugal, República Dominicana y Panamá. Aunque las exportaciones representan aproximadamente el 10% de sus ventas (principalmente a países de la UE), es un porcentaje que ha ido creciendo con los años.
Couldina: el medicamento que todos reconocemos
Si hay un producto que ha conseguido convertirse en sinónimo de Alter, ese es Couldina. ¿Quién no ha tomado alguna vez este medicamento para aliviar los síntomas de un resfriado o gripe? Con sus diferentes versiones (paracetamol, ácido acetilsalicílico o ibuprofeno), Couldina es probablemente el producto más reconocible de Laboratorios Alter y un ejemplo perfecto de cómo crear una marca potente dentro del sector farmacéutico.
La clave de su éxito podría resumirse en tres palabras: eficacia, reconocimiento y accesibilidad. Un trío ganador que otros productos de la compañía han intentado replicar con mayor o menor éxito.
Los tres pilares que sostienen el grupo
Tras más de 75 años dedicados al cuidado de la salud, Grupo Alter ha definido tres principios fundamentales que guían todas sus operaciones: Innovación, Calidad y Servicio. No son solo palabras bonitas para una presentación corporativa, sino compromisos que se reflejan en cada uno de sus productos y servicios.
La estructura actual del grupo, formado por 12 empresas participadas al 100% por Alter S.L., demuestra una vez más esa capacidad de adaptación y diversificación que ha caracterizado a la compañía desde sus inicios. Una estructura empresarial que les permite tener presencia en diferentes sectores sin perder el control sobre la calidad y los valores que les definen.
En un momento en que muchas farmacéuticas españolas han acabado en manos de grandes multinacionales, Laboratorios Alter representa un caso interesante de resistencia y adaptación. Una empresa que, sin hacer mucho ruido, ha sabido mantener su independencia y seguir creciendo en un mercado cada vez más complejo y globalizado.
Personalmente, creo que empresas como Alter demuestran que no hace falta ser un gigante farmacéutico para dejar huella. A veces, la consistencia, la visión a largo plazo y saber adaptarse a las necesidades del mercado sin perder la esencia son más importantes que crecer a toda costa. En tiempos donde todo va a mil por hora, hay algo reconfortante en marcas que llevan décadas cuidando de nuestra salud y que, probablemente, seguirán haciéndolo durante muchas décadas más.