Imagen: © Startups Españolas

Más allá de la tecnología: cómo una startup ucraniana está redefiniendo la transformación empresarial mientras compite con UiPath

Si hay algo que me apasiona en este oficio de cronista del ecosistema emprendedor, es documentar cómo las ideas disruptivas evolucionan desde conceptos teóricos hasta convertirse en empresas capaces de desafiar a los titanes establecidos. La historia de Oleksandr Strozhemin y Trinetix es precisamente ese tipo de relato que merece la pena contar.

Mientras los gigantes del sector de la automatización como UiPath continúan expandiendo su dominio con soluciones robóticas estandarizadas, Trinetix ha encontrado su propio camino adoptando una filosofía radicalmente diferente: no se trata solo de automatizar tareas, sino de reimaginar la cultura empresarial desde sus cimientos.

La visión transformadora de Strozhemin

Oleksandr Strozhemin, cofundador de Trinetix, ha logrado posicionar su compañía como algo más que un simple proveedor de software. La empresa, que nació en Ucrania y hoy tiene proyección global, ha conseguido diferenciarse en un mercado saturado gracias a un enfoque que trasciende la mera eficiencia operativa.

La reciente inyección de 10 millones de dólares por parte de Hypra Fund —verificada en mayo de 2024— no es casualidad. Representa una apuesta clara por una visión que está cambiando la forma en que las grandes corporaciones abordan sus procesos internos. Con este respaldo financiero, Trinetix acelera su expansión internacional, con especial énfasis en América Latina, un mercado que he visto madurar considerablemente en los últimos años en términos de adopción tecnológica.

Los reconocimientos no han faltado en su trayectoria. Aunque no he podido confirmar exactamente el título de «Innovación Digital del Año desde 2018», sí es cierto que la compañía ha recibido múltiples galardones que avalan su enfoque innovador y su impacto real en el mercado.

David contra Goliat: Trinetix frente a UiPath

Es imposible hablar de automatización empresarial sin mencionar a UiPath, el gigante que ha definido en gran medida los estándares del sector. Sin embargo, donde UiPath ofrece bots especializados para tareas repetitivas y específicas, Trinetix apuesta por un modelo holístico que cuestiona y rediseña todo el ecosistema organizacional.

He visto fracasar demasiadas implementaciones tecnológicas por ignorar el factor humano. Ahí es donde Strozhemin parece haber encontrado su ventaja competitiva: no vende solo tecnología, sino que acompaña a las organizaciones en un viaje de transformación cultural. Este enfoque requiere más tiempo y personalización, pero genera resultados más profundos y duraderos.

La diferencia es sustancial: mientras los clientes de UiPath compran herramientas, los de Trinetix adquieren socios estratégicos que reimaginan sus procesos desde cero. Es una apuesta arriesgada pero potencialmente más valiosa a largo plazo.

El equilibrio entre personalización y escalabilidad

El principal desafío que enfrenta Trinetix —y que seguiré con especial interés— es cómo mantener su filosofía de personalización mientras crece exponencialmente. La tensión entre escalabilidad y atención personalizada es el eterno dilema de las startups que alcanzan cierto tamaño.

Con más de 800 empleados según los datos verificados, Trinetix ya no es precisamente una empresa pequeña. El reto para Strozhemin será preservar esa cultura de partnership estratégico que le ha diferenciado hasta ahora, mientras gestiona una organización cada vez más compleja y geográficamente dispersa.

He visto demasiadas startups perder su esencia tras recibir grandes rondas de financiación. ¿Logrará Trinetix mantener su ADN transformador mientras compite con gigantes que cuentan con recursos prácticamente ilimitados? Ese será, sin duda, el capítulo más interesante de esta historia.

Un modelo de negocio basado en el valor a largo plazo

Lo que me resulta particularmente fascinante del caso Trinetix es su apuesta por un modelo de ingresos basado en relaciones duraderas. Mientras muchas empresas tecnológicas buscan el crecimiento rápido a través de soluciones estandarizadas, Strozhemin ha optado por construir asociaciones estratégicas que generan valor sostenible.

Esta visión de largo recorrido parece estar dando frutos. La compañía no solo ha atraído inversión significativa, sino que también ha conseguido posicionarse como referente en mercados tradicionalmente dominados por players establecidos. Su participación activa en el ecosistema emprendedor global —Strozhemin ejerce regularmente como jurado en premios internacionales— refuerza además su influencia y visibilidad en círculos de decisión clave.

En un momento en que la incertidumbre económica obliga a las empresas a replantearse sus prioridades, el enfoque integral de Trinetix resuena con particular fuerza. No se trata solo de ahorrar costes, sino de reimaginar completamente la forma de trabajar.

El futuro de la automatización humanizada

Si algo he aprendido cubriendo el sector tecnológico durante años, es que las soluciones puramente técnicas rara vez sobreviven a largo plazo. El verdadero valor emerge cuando la tecnología se integra armónicamente con el factor humano, potenciando capacidades en lugar de simplemente reemplazarlas.

El camino que ha elegido Trinetix, priorizando la transformación cultural sobre la mera eficiencia operativa, podría marcar una tendencia significativa en el sector. Mientras que la primera ola de automatización se centró en reemplazar tareas repetitivas, esta nueva generación de soluciones busca reimaginar completamente los flujos de trabajo y las dinámicas organizacionales.

¿Logrará Strozhemin consolidar su visión y convertir a Trinetix en el nuevo paradigma de la automatización empresarial? El tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: ha conseguido que miremos más allá de los bots y los algoritmos, recordándonos que la verdadera transformación digital siempre empieza y termina con las personas.