El dilema de las alianzas en un sector que promete 600.000 millones pero exige paciencia de santo 🩺💸
La encrucijada HealthTech: ¿Dónde deben apostar las startups españolas en 2025?
Mientras el reloj avanza inexorablemente hacia 2025, las startups españolas se encuentran ante una disyuntiva que podría definir su futuro: ¿es el momento de zambullirse en las aguas del HealthTech o mejor mantener los pies en tierra firme? La salud digital ya no es ese territorio lejano y prometedor del que todos hablan pero pocos visitan. Ahora mismo, es un continente en plena colonización.
El oro digital de la nueva fiebre sanitaria
Los números no mienten (aunque a veces exageran un poco para impresionar en las citas). Según McKinsey, el mercado global de HealthTech alcanzará la friolera de 600.000 millones de euros en 2025. Una cifra que haría levantar las cejas hasta al inversor más flemático.
En nuestro patio, Mediktor ha logrado atraer más de 20 millones de euros con su plataforma de diagnóstico basada en IA. Y no es un caso aislado. El apetito por soluciones que hagan más accesible y eficiente nuestro sistema sanitario crece a ritmo de epidemia. Pero como toda fiebre, hay que preguntarse si es síntoma de vitalidad o de delirio pasajero.
La factura oculta del HealthTech
Aquí es donde la conversación se pone interesante (y donde muchos emprendedores empiezan a sudar frío). Desarrollar tecnologías sanitarias no es como lanzar otra app para pedir comida a domicilio. Requiere inversiones considerables en investigación, cumplimiento normativo y certificaciones que harían temblar la calculadora de cualquier CFO.
Deloitte pone números a esta realidad incómoda: el 60% de las startups HealthTech no consiguen retorno de inversión en los primeros tres años. La razón no sorprende a nadie que haya intentado vender innovación al sector público: altos costes iniciales y adopción más lenta que un ascensor en hora punta.
El dilema estratégico: ¿Salto al vacío o paso calculado?
La tentación es clara: un mercado de 600.000 millones de euros haría que cualquier fundador soñara con unicornios galopando por Silicon Valley. Pero la pregunta sigue ahí, colgando como espada de Damocles: ¿es una prioridad estratégica o un lujo que podría desviar recursos vitales?
La respuesta, como casi siempre en el mundo startup, es: depende. Y aquí viene la parte interesante.
Para startups con cierta madurez y capacidad financiera, ignorar el HealthTech sería como negarse a mirar por el telescopio cuando todos hablan de una nueva galaxia. El potencial es demasiado grande para darle la espalda. Sin embargo, el enfoque debe ser quirúrgico, no un «all-in» desesperado.
Para las más pequeñas o recién nacidas, la historia es diferente. Aventurarse en solitario por estos terrenos regulatorios podría ser como intentar escalar el Everest en chanclas: admirable pero probablemente fatal.
El modelo de alianzas: juntos pero no revueltos
Aquí es donde las alianzas estratégicas entran en juego como tabla de salvación. Las startups más inteligentes están tejiendo colaboraciones con hospitales, universidades y entidades públicas.
Estas alianzas no solo diluyen el riesgo financiero, sino que aceleran la validación clínica y facilitan la adopción. Un hospital público puede tardar años en implementar una nueva tecnología si viene de un desconocido, pero meses si ha participado en su desarrollo.
El Hospital Clínic de Barcelona o el Hospital La Paz en Madrid se han convertido en hubs de innovación donde las startups pueden probar sus soluciones en entornos reales. Estas colaboraciones público-privadas están redefiniendo las reglas del juego.
Enfoque pragmático: soluciones a problemas reales
Otro factor determinante es el enfoque. Las startups con mayores probabilidades de éxito son aquellas que atacan problemas específicos y acuciantes del sistema sanitario español, no las que llegan con «la próxima gran revolución» bajo el brazo.
La saturación de la atención primaria, las interminables listas de espera o la gestión de enfermedades crónicas son campos donde una solución bien ejecutada puede generar valor inmediato y, por tanto, facilitar la adopción.
Quién no recuerda aquellas apps de telemedicina que, antes de la pandemia, parecían condenadas a ser curiosidades tecnológicas. Hoy, muchas se han convertido en herramientas esenciales para millones de pacientes. La crisis sanitaria demostró que cuando la necesidad es real, las barreras de adopción se desmoronan.
La perspectiva financiera: riesgo vs. recompensa
La ecuación financiera tampoco es sencilla. Las rondas de financiación en el sector HealthTech suelen ser más grandes, pero también más exigentes. Los inversores buscan equipos con experiencia sectorial, validación clínica preliminar y un plan claro para navegar el laberinto regulatorio.
Por otro lado, los tiempos de salida suelen ser más largos, pero las valoraciones tienden a ser más estables y menos susceptibles a los caprichos del mercado. No es casualidad que durante la última corrección del mercado tecnológico, las startups de salud digital hayan mantenido mejor el tipo que sus primas de otros sectores.
Mi visión personal del panorama HealthTech
Después de años observando este ecosistema, creo firmemente que la inversión en salud digital no es un lujo sino una necesidad para aquellas startups que quieran construir algo verdaderamente significativo. Sin embargo, no todas están preparadas para dar este paso.
El secreto está en la colaboración inteligente. Las startups que prosperarán serán aquellas capaces de formar alianzas estratégicas que les permitan compartir tanto los costes como los riesgos del desarrollo tecnológico. El «lobo solitario» tiene pocas posibilidades en un ecosistema tan complejo.
También creo que estamos ante un momento de madurez en el sector. Pasamos de la fase de «cualquier idea con ‘IA’ y ‘salud’ en el pitch consigue financiación» a un entorno donde los inversores buscan propuestas con fundamentación científica sólida y modelos de negocio realistas.
Para 2025, mi apuesta está en las soluciones que democraticen el acceso a la salud de calidad y reduzcan la presión sobre un sistema público cada vez más tensionado. No se trata solo de una oportunidad de negocio, sino de una necesidad social.
La pregunta ya no es si las startups españolas deben invertir en HealthTech, sino cómo pueden hacerlo de manera sostenible y con impacto real. Porque al final, en la intersección entre tecnología y salud, es donde encontraremos algunas de las innovaciones más significativas de esta década.